Nací un caluroso 3 de agosto de 1986 a las 13.00 horas, y tampoco fui buscada (digo tampoco por algo que contaremos más adelante). Como buena leo a lo largo de toda mi vida ha predominado un exacerbado orgullo, materialismo, un gran sentido del humor, energía, fuerza, pasión, transparencia, superficialidad y exigencia.
Como alguien dijo en algún post anterior (ejem), poseo una gran memoria la cual hace que me acuerde de hechos o detalles de mi niñez asombrosos. Pero como no puedo alargarlo mucho, seré breve. Tuve una infancia de color rosa gracias a toda mi familia y especialmente a mis padres y a mi hermano, nunca me faltó de nada y tenía todo lo que quería y más. Fui muy feliz siempre rodeada de primos, tios, abuelas…a los que tengo un cariño inmenso a cada uno de ellos, tanto a los que están como a los que no…
Siempre destacaba en la clase o entre el grupo de amiguitos, era la que más nota sacaba siempre, la más “guapita” o la que lo tenía todo…cosa que a veces no soportaba.
Desde muy temprano empezé con lo que hoy en día son mis pasiones: la natación y el deporte, la música y el dibujo.
Estuve nadando en 3 clubes cordobeses durante 14 años aproximadamente, ¡era un pez en el agua!
En el tema de la música empezé con la guitarra española y el flamenco hasta que un amigo de mi padre me escuchó cantar y gracias a él ingresé en una escuela de canto. Pero todo quedó en un simple hobbie.
Y en cuanto al dibujo, me viene de familia. ¡Me pasaba las horas dibujando! Lo que más hacía era muñecas maniquíes con vestidos diseñados por mí, luego le pedía a mi madre que le hiciera esos mismos vestidos a mis Barbies. Siempre decía que de mayor sería diseñadora o modelo…
Y así poco a poco fue pasando mi niñez, jugando en la plaza de mi antiguo piso entre barbies, pelotas, combas, gomas, cochecitos con bebés, la tanga… Tan solo hay un hecho que lo ensombrece todo y que me hizo cambiar, pero eso lo dejaré para el próximo post.
Anabella
